Qué Es el Autosabotaje y Cómo Superarlo

Muchas veces nosotros somos nuestros peores críticos. Por lo tanto exploraremos que es el autosabotaje y cómo superarlo.

El autosabotaje es ver cosas en nosotros mismos que nadie más ve. Nos decepcionamos por no alcanzar una meta auto-impuesta que estaba muy alta. O nos comparamos tanto con otras personas que perdemos el sentido de la relatividad. Esto es el autosabotaje.

¿Por qué nos autosaboteamos? Debido a muchas trampas que nuestros cerebros pueden colocarnos si no analizamos con cuidado nuestros pensamientos, como lo puede ser el hecho de que queramos hacer las cosas tal cual las hacen otras personas o queriendo ser tan perfectos como creemos que son las personas exitosas, erróneamente.

¿Cómo superar el autosabotaje? Entiendo el funcionamiento de nuestra mente. Reconociendo que nos estamos obstaculizando a nosotros mismos. Reconociendo cuáles son los patrones de pensamiento que nos llevan al autosabotaje. Y aprendiendo a perdonar nuestros errores.

El autosabotaje viene del interior de nosotros mismos.

En el autosabotaje el antagonista principal es nuestro yo. Por supuesto que esto no significa que no haya nada redimible sobre nosotros. El problema yace en que sin saberlo somos el cúmulo de una gran cantidad de patrones de pensamientos, hábitos de conducta, ideas, preconcepciones, perspectivas distorsionadas y demás, que inconscientemente nos pesan sobre los hombros.

Como es algo que viene de nuestro interior, pero de lo que no estamos conscientes, la culpa va lógicamente dirigida hacia los demás. De lo que les echamos la culpa a otros podría estar siendo la culpa de nuestro propio autosabotaje inconsciente.

Como referencia literaria podemos ver las múltiples historias de ficción donde el héroe, luego de haberse enfrentado a muchos desafíos mortales y antes de la batalla final contra el villano, debe ir primero en un viaje hacia su interior, lejos del resto del mundo, donde termina encontrando un reflejo de sí mismo, sólo que poseído por algún tipo de energía oscura.

El héroe se enfrenta a sí mismo y en el proceso aprende que él siempre fue su mayor obstáculo, a la vez que ve una visión de cómo sería él si se dejara llevar por sentimientos negativos.

No nos debemos impresionar tampoco si comenzamos a ver que poseemos esta naturaleza de autosabotaje. Es completamente normal. Como con otras muchas características que podrían asustarnos tener, por verlas con una connotación altamente negativa, la verdad es que se trata de otra oportunidad para ir más allá y esculpir nuestro espíritu.

A través de una buena lectura y recopilación de información sobre la tendencia de autosabotaje que poseen nuestras mentes, podremos descubrir potencialidades dentro de nosotros que tal vez nunca habíamos sospechado tener.

Entendiendo el mecanismo del autosabotaje.

Existen muchas posibles razones por las cuales nos autosaboteamos. En general, nuestras conductas suelen ser determinadas por todo el proceso químico que ocurre a través de los neurotransmisores en nuestro sistema nervioso.

Es decir, al buscar o evitar un estímulo, suceden transmisiones de señal neuroquímica que determinarán si queremos volver a buscar o evitar dicho estímulo. 

Esto se entrelaza al autosabotaje si lo vemos como tendencias de comportamientos que tenemos arraigadas y de las que nos es difícil despegarnos, como puede ser la procrastinación (posponer los deberes para más tarde continuamente), el comer ansiosamente, el quedarse dormido hasta tarde, etc.

Todas estas acciones estimulan nuestros neurotransmisores de manera que buscamos volver a estimularlos, creando así un hábito difícil de cambiar si no se aplica el empeño y estrategia indicados.

Otro tipo de autosabotaje influenciado por los procesos químicos de nuestro cerebro puede ser el evitar estímulos que hemos categorizado como dolorosos, no placenteros, incómodos.

Si intentamos, por ejemplo, hacer una rutina de ejercicio intensa sin estar acostumbrados al desgaste físico y al dolor que viene con la recuperación muscular del día siguiente, entonces puede que nos sintamos tan afectados por dicha experiencia que de ahora en adelante sea evitado, saboteando así una meta hipotética de bajar de peso.

¿Cómo funcionan exactamente los neurotransmisores y el autosabotaje?

En términos básicos, los neurotransmisores son un tipo de mensajeros químicos que transmiten señales eléctricas desde una neurona a otra.

Los neurotransmisores reaccionan a partir de un estímulo externo, activando así una función específica en nuestro organismo, dependiendo de su tipo.

Por ejemplo, la dopamina se encarga de un número de funciones importantes del cerebro, incluyendo la regulación del comportamiento, motivación y excitación emocional. 

Un neurotransmisor importante a la hora de crear y fomentar hábitos de autosabotaje es la serotonina, cuya función es regular el apetito, sueño, memoria, aprendizaje, humor, comportamiento y otros. 

En la creación y fomentación de estas conductas autosaboteadoras es importante tomar en cuenta el sistema de recompensa que regula nuestros comportamientos.

Este sistema se trata de un grupo de estructuras neuronales encargadas de la motivación, el deseo, el aprendizaje asociativo y la búsqueda de sensaciones placenteras como la alegría, la euforia y el éxtasis.

Como ya mencionamos, los neurotransmisores reaccionan al estímulo externo, es decir, la situación en la que nos encontremos o la acción que realicemos o experimentemos, más allá de que sea física.

El sistema de recompensa entonces, se refiere como recompensa a cualquier estímulo, objeto, evento, actividad o situación que tenga el potencial de hacernos buscarlo y consumirlo. 

Así es como el sistema de recompensa explica conductas clásicas de autosabotaje como la adicción, la codependencia, la tolerancia a sustancias, entre otras.

El autosabotaje explicado por la psicología.

El autosabotaje también puede funcionar en una dimensión mejor explicada por la psicología, a partir de la comparación subjetiva que hacemos entre nuestras vidas y la de los demás.

Nos podemos encontrar comparando nuestras acciones, logros, actitudes, conductas, apariencia y lenguaje con los de una persona que conozcamos y percibamos como exitosa o correcta, o con una persona famosa precisamente por su éxito.

Esto se trata de una trampa mental donde no tenemos concepto de relatividad y reducimos enormemente el mundo y sus leyes a una visión muy ingenua de la vida.

Una forma simple en la que podemos empezar a entender la poca lógica de este tipo de comparaciones injustas es cuando tomamos en consideración que nunca observamos la vida íntima de las personas que consideramos exitosas.

De esta forma, nunca presenciamos los momentos donde dudan de sí mismos, donde se rinden aunque sea momentáneamente, donde titubean.

Al nunca observar este tipo de comportamientos completamente humanos, deshumanizamos entonces a estas personas exitosas y creamos una imagen de perfección.

Teniendo como modelo a seguir una falsa personalidad perfecta, nos cuesta, o mejor dicho, se nos es completamente imposible alcanzar el estándar que hemos creado a partir de esa idea de perfección.

Nada de lo que haremos será suficientemente bueno y nos olvidaremos de apreciar el progreso gradual de nuestras habilidades y hazañas.

Así, nos olvidamos de aquella popular frase “Roma no se hizo en un día”.

En otras palabras, nos olvidamos de que las metas que queremos alcanzar, que los cambios que queremos hacer, que los estándares que queremos alcanzar sólo se logran a partir de un proceso que muchas veces es lento, pero siempre es gradual en su naturaleza.

Siempre es día a día, y siempre viene acompañado de retrasos y recaídas que se deben superar con paciencia, sin compararse con una idea completamente imaginaría de la vida de otras personas.

Contrarrestando el autosabotaje. 

En general, el primer paso es empezar a reconocer los patrones que nos llevan a conductas de autosabotaje.

Esto por supuesto amerita un alto nivel de consciencia y auto-evaluación, que también debe construirse gradualmente, con la ventaja de que es bastante simple y accesible.

Puede ayudarte leer ¿Cómo hablarse a uno mismo?.

De esta forma, al conocer cómo pensamos, incluimos este conocimiento en nuestro proceso de juicio. Podemos empezar a no dejarnos llevar por la primera impresión que tenemos de una situación o persona, sino esperar a tener un momento de tranquilidad donde podamos ver con retrospectiva objetiva lo que ha acontecido.

Podemos incluso decirnos una oración específica a nosotros mismos, como si se la dirigiéramos a nuestro cerebro, por ejemplo: “Esta reacción es simplemente una respuesta automática de mi cerebro y de mis hábitos mentales”, desarmando así ese conjunto de primeras emociones del peso de una verdad absoluta. 

Puedes utilizar afirmaciones subliminales. El enlace te lleva a un programa especialmente diseñado para influenciar tu mente y superar el autosabotaje.

Este tipo de oraciones auto-dirigidas son una excelente herramienta para remodelar nuestros comportamientos y aprender a lidiar con sentimientos de ansiedad, paranoia, de imaginarnos una catástrofe en un suceso futuro, de sobrepensar lo que los otros puedan opinar sobre ti o algo que has hecho.

Pueden ser personalizadas de la forma en que sea más efectiva para cada quien, utilizando las palabras que sentimos sean más adecuadas y directas al grano para recordarnos y darle esa llama de atención a nuestro cerebro, indicándole que ese hábito de autosabotaje no va a funcionar ahora.

También podemos intentar encontrar hábitos que nos ayuden a reducir nuestro estrés.

El autosabotaje y el perfeccionismo.

Un elemento muy común del autosabotaje es la búsqueda del perfeccionismo, por lo que crear el hábito de esperar que las cosas no salgan perfectas nos reducirá enormemente nuestros niveles de ansiedad y nos ayudará a apreciar más los resultados que obtengamos, manteniendo así un ritmo de intentos y aprendizaje que sea constante a través del tiempo.

Esto va enlazado a lo discutido anteriormente, la naturaleza gradual del cambio. Tal vez queremos cumplir con una meta o aprender una habilidad de la noche a la mañana, originándose todo un proceso de autosabotaje que será probablemente alimentado por un estándar demasiado alto y una visión falsa de qué tan buenas son otras personas en ese campo.

Debemos aprender a apreciar cómo una mejoría en cualquier área de la vida se va dando poco a poco. Una buena forma para hacer esto es establecer hitos (momentos clave del proceso) relativamente fáciles de conseguir, y al alcanzar cada uno de ellos celebrar con ímpetu el progreso logrado.

Un ejemplo de esto puede ser que para una nueva dieta, primero nos propongamos pasar un solo día de la semana comiendo saludablemente.

Sólo este logro se debe celebrar como el primer paso. Luego se irá incrementando el nivel de los hitos a dos, tres, cuatro, cinco días.

Eventualmente, se alcanzará la meta deseada y tal vez ni siquiera notemos dificultad alguna.

En el caso de recaídas, de dar pasos hacia atrás, debemos reevaluar la situación y volver a proponernos hitos alcanzables tomando en consideración el nivel que hemos conseguido hasta ese momento.

Otras estrategias para combatir el autosabotaje.

Algunas otras estrategias simples a considerar para combatir el autosabotaje, y que nos benefician con un estilo de vida organizado en general, son:

  • El hacer listas de cosas por hacer.
  • Hacer las cosas más difíciles, primero.
  • Establecer para cada labor una serie de instrucciones que nos ayuden a completarla sistemáticamente y con comodidad.

A la vez que nos obsequiamos algún tipo de refuerzo por el esfuerzo logrado, volviendo así al mecanismo de los estímulos que influyen en nuestro sistema de recompensa.

Como mecanismo de autoregulación, nos observamos a nosotros mismos con un ojo crítico, pero sin balancearse en lo absoluto con un estándar justo.

Muchas veces esto se da porque queremos tener una vida disciplinada y aunque sepamos que necesitamos algún descanso o ayuda, nuestra idea distorsionada de disciplina nos impulsa a seguir forzando nuestro paso.

Aunque haya muchos beneficios en buscar vivir una vida con disciplina y sin excusas, de hacerse sin una mentalidad saludable y libre de trampas mentales o malos hábitos mentales, entonces caeremos en peores situaciones que la de una vida indisciplinada.

Es así que combinando la práctica consciente con la teoría explorada sobre nuestro proceso cerebral ante estímulos, podemos terminar cambiando un autosabotaje en una autoayuda.

Si enlazamos aquellas cosas que se nos dificultan con estímulos agradables, se nos hará mucho más fácil no escapar de ciertos deberes, sino más bien disfrutarlos.

Recordar no ser injustos con nosotros mismos, aplicando empatía hacia dentro, cómo si se le ofreciéramos a otra persona.

Y además, entender que incluso aquellos que admiramos no son perfectos, ya que son humanos, así que no debemos presionarnos con estándares imposibles.

Publicaciones Similares