Importancia De Rodearse De Gente Positiva

A veces necesitamos un empujón. Otras veces, un buen consejo. Además de esto, necesitamos una atmósfera positiva que esté en sintonía con nuestra propia actitud. La forma más eficaz de lograr un ambiente como ese es rodeándonos de personas positivas.

¿Por qué deberíamos rodearnos de gente positiva? ¿No debería ser suficiente con una actitud positiva, sin importar la de las otras personas? Tener una actitud positiva es el primer paso para tener una mejor vida y salud, pero si queremos mantenerlas de manera constante, no bastará con solo nosotros, necesitamos rodearnos de gente positiva y buenas amistades.

En otras palabras, una vez tengamos bien establecida una actitud positiva, lograremos mantenerla a flote, mantenernos motivados y levantarnos de nuestros tropiezos si nos aseguramos de que nuestras amistades más cercanas tenga también una actitud positiva ante la vida.

Primero, veamos cómo nos influyen las personas con las que nos rodeamos y luego cómo podemos empezar a integrar la positividad en nuestro día a día.

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La influencia de otras personas en nosotros.

El proceso de aprendizaje de una actitud positiva es un esfuerzo constante, interminable y gradual. No nos debemos preocupar si nos toma mucho tiempo, o si nos encontramos con obstáculos que nos hacen tener que empezar de nuevo. Si fuera tan fácil arraigar una actitud positiva en uno, entonces no sería necesario ayudarnos leyendo sobre ella.

Por lo tanto, debemos tomar precauciones para asegurarnos de que nuestro viaje de aprendizaje no sea indebidamente frenado por las actitudes de otras personas, y eso es lo que nos lleva al tema central de hoy.

En pocas palabras, el rodearse de personas positivas nos otorga una especie de combustible que mantendrá andando nuestra propia maquinaria y que incluso hará más fácil y disfrutable nuestro proceso, entendiéndolo como un aprendizaje que nunca termina. ¡Y es que todo buen arte siempre puede ser más y más perfeccionado!

La actitud de una persona se puede definir psicológicamente como esa esencia mental y emocional que la define como tal, que la caracteriza. La actitud es de naturaleza prejuiciosa y determina cuál será la reacción de una persona ante una cosa dada, como una propuesta, una situación, una declaración, etc.

Esto no significa tampoco que la actitud sea una característica imposible de modificar, por más que sea importantísima para determinar las acciones que realizamos los seres humanos.

Debido a la naturaleza emocional de la actitud que tenemos, la inteligencia emocional es una de las mejores herramientas a la hora de predecir nuestras respuestas ante una situación, manteniendo una honestidad para con uno mismo totalmente transparente.

La razón por la cual es importante tomar en cuenta las actitudes (ya sea que las consideremos positivas, negativas o mixtas) de las personas con las que nos relacionamos diariamente (desde familiares a amistades a compañeros de estudio o trabajo) es que aun si no lo deseamos, seremos influenciados por los que nos rodean de una manera u otra.

Incluso por personas que ni siquiera conocemos o con las que tengamos contacto directo. De esto se trata la influencia social.

La influencia social es estudiada por muchas subdisciplinas de la psicología, y se refiere a la forma en que nuestras propias actitudes se cambian y adaptan dependiendo del contexto social en el que nos encontremos.

El propósito de la influencia social en la vida del humano como especie es lograr modificar lo suficientemente bien nuestro comportamiento con el fin de cumplir con lo que la situación social esté demandando de nosotros.

Si nos encontramos en una reunión después del trabajo donde se le estén sirviendo bebidas alcohólicas a la mayoría de nuestros compañeros, entonces probablemente nos sentiremos inconscientemente presionados a dejar de lado nuestros hábitos de bebida para poder encajar mejor con el grupo.

Esto también se vincula al sistema de dinámicas de grupo que rigen nuestras interacciones sociales. Dependiendo del grupo de personas con las que pasemos una porción más o menos significativa de nuestro tiempo, habrá una influencia en nuestra toma de decisiones, nuestros prejuicios, nuestras propias actitudes hacia distintas dimensiones de la vida, etc.

La influencia del grupo sobre el individuo, la influencia de la actitud de los que nos rodean sobre nosotros, puede verse en, por ejemplo, en el área de trabajo, nos encontraremos trabajando más duro si esa es la actitud de todos los otros trabajadores, y obviamente será lo contrario si más bien estamos rodeados de conflicto y distracciones. 

De esta manera, las personas que nos rodean pueden influenciar en gran medida nuestro proceso para tomar decisiones, ya sea porque nos sentimos inclinados a estar de acuerdo con la mentalidad de los otros, ya sea por persuasión directa, ya sea por una sensación de obediencia.

Debido a esto, si no nos aseguramos de estar rodeados de personas positivas, entonces terminaremos cayendo una y otra vez en trampas sociales donde no somos capaces de tomar las decisiones que realmente queremos.

La búsqueda de la buena vida, incluye la gente con la que te rodeas.

Al final de cuentas, la razón principal por la que debemos rodearnos de gente positiva es que nos ayuda a tener una vida próspera, a tener bienestar mental y emocional, a sentir satisfacción.

Metafóricamente hablando lo podemos comparar a zarpar un barco acompañado de la mejor tripulación posible que estará allí durante las tormentas y las riquezas.

Esto es, básicamente, la búsqueda de la buena vida.

En la Antigua Grecia se referían a la felicidad, bienestar, a la sensación de estar bendecido por los dioses, con el término eudaimonía.

Era una palabra que podríamos traducir literalmente como “buen espíritu”, y el concepto que contenía era considerado como el mayor bien posible que un ser humano podía alcanzar, por lo que solía ser la meta final de muchas escuelas de filosofía.

Si continuamos enlazando está búsqueda del buen vivir, o eudaimonía, con la importancia de rodearnos de gente positiva, podemos recurrir a la clásica película de 1939 El Mago de Oz.

Una de las más grandes lecciones que se suele extraer de este filme es que la vida se trata de un sendero que caminamos en compañía de otros para alcanzar nuestros sueños.

De esta forma podemos finalmente englobar con una analogía el propósito básico de tener no solo buenas amistades, sino amistades con actitudes positivas.

Mediante un acto continuo de mutua apreciación a través del camino que transitemos, ellos nos ayudarán a cumplir nuestras metas, de la misma forma en que nosotros los ayudamos a ellos a cumplir las suyas.

Para citar, por último, a un gran pensador japonés, Jigoro Kano:

“Nada es más importante que vivir prósperamente en conjunto. Si todos actuamos con un espíritu de mutua cooperación, el trabajo de cada quién no sólo lo beneficiará a él, sino a todos los demás, y alcanzando estos juntos nos traerá felicidad mutua”.

Las enseñanzas de la psicología positiva para ser más positivos.

Entender la psicología positiva puede ayudarte a protegerte de entornos cuando te rodeas de personas que no son positivas y ayudarte a alcanzar la buena vida.

Podemos hablar de “psicología positiva” desde dos aspectos diferentes:

  1. Definiendo psicología como ciencia (beneficiándonos con los métodos y conocimientos que podamos derivar de ella);
  2. Definiendo psicología como una mentalidad (como sinónimo de actitud positiva frente a la vida).

Primeramente, veamos cómo podemos usar los conocimientos albergados en el estudio de la psicología positiva como disciplina, y los métodos derivados de sus teorías. 

La psicología positiva, como disciplina nacida de la psicología, es definida como el estudio científico del funcionamiento humano positivo y el florecimiento del individuo en distintos niveles, como lo son el personal, el social, el cultural, el biológico, etc.

De acuerdo a esto, la meta central de la psicología positiva como área de estudio es la búsqueda de una buena vida, del buen vivir.

Esto significa que busca cuáles son las constantes que nos garantizan una vida satisfactoria, dependiendo de qué significa una “buena vida” para cada persona, lo cual puede variar enormemente.

Por ejemplo, el psicólogo americano Martin Seligman define una buena vida como la capacidad para usar nuestras fortalezas específicas todos los días para producir una felicidad auténtica y una gratificación abundante.

Además, la psicología positivista establece que una vida feliz, donde exista compromiso, y donde exista un significado, una raison d’être, es por definición una buena vida y, por lo tanto, un modelo de vida cuya naturaleza debe ser analizada y reproducida.

Una de los puntos centrales de la psicología positiva es que el ser humano suele enfocarse demasiado en el futuro y no motivados por el pasado, lo cual necesita un cambio de perspectiva respecto al tiempo, junto a una mejor educación básica, áreas de trabajo donde se le dé importancia a la satisfacción de sus empleados y una amplia educación respecto a la misma psicología positiva.

Pero, ¿Cómo se supone que nos ayuda la psicología positiva?

Como en cualquier otro campo de estudio o investigación, existen diversos autores con diversos modelos y respuestas. Por un lado, podemos explorar tres estilos de vida, propuestos por el Sr. Seligman como modelos estándar de una buena vida.

A saber: vida placentera, vida buena y vida con significado.

La vida placentera es una enfocada en el disfrute, como lo sugiere su nombre. Aunque muchas perspectivas puedan ver este estilo de vida como algo cercano al hedonismo, no se debe confundir como una actitud que valora más la flojera que la productividad.

Más bien, se trata de disfrutar lo mejor posible las cosas que deben ser disfrutadas con detenimiento, desde las relaciones a los pasatiempos, en fin, todo aquello que de placer a la persona.

La buena vida, tan simple como su nombre, no tiene que ver específicamente con hobbies, interesantes y pasatiempos, sino con la labor en sí que una persona tiene por obligación.

El trabajo de una persona y cómo afecta su bienestar general. Aquí se introduce el término de flujo para referirse a un estado mental placentero que se experimenta cuando hay una buena conexión entre los talentos y habilidades de una persona, y la tarea que debe emprender y completar.

Básicamente, este estilo de vida se consigue cuando trabajamos en aquello que nos gusta realmente.

La vida con significado, por último, se basa en entender cómo y con qué un individuo puede obtener una sensación de bienestar, pertenencia y propósito al formar parte de algo más grande que él o ella.

Este significado puede ser encontrado en causas sociales, organizaciones, gremios, movimientos sociales, creencias, tradiciones culturales, etc.

Esto sin embargo es solo un resumen básico de lo que la psicología positiva nos puede enseñar.

Categorizar cuáles son los estilos de vida “buena” (deseables), entender qué tipo de elementos las conforman y conocer cómo conseguir vivir de la manera deseada; éstas son las premisas de una psicología que, en cuanto a disciplina, busca instaurar en sus discípulos una psicología-actitud genuinamente positiva en base a teorías de qué es lo que realmente conforma una vida bien vivida.

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