En La Vida Todo Tiene Un Precio: reflexión
Quizás has escuchado o te han dicho la frase «todo en la vida tiene un precio». Pero, te has preguntado ¿Cuál es el verdadero significado de la frase?
La frase «todo en la vida tiene un precio» se refiere a la idea de que para obtener algo en la vida, ya sea material o no, siempre se requiere algún tipo de esfuerzo o sacrificio. En otras palabras, nada se consigue sin un costo asociado.
Este costo puede ser de diferentes tipos, como tiempo, dinero, energía, habilidades, relaciones personales, etc. En este artículo explicaremos qué significa todo en la vida tiene un precio y cómo aplicar esta frase en la vida.
Significado de la frase Todo en la vida tiene un Precio.
Cuando se dice todo, quiere decir que no solo pagamos por los objetos o servicios que queremos comprar, se extiende a todo en la vida.
Todo lo que quieres en la vida tiene un precio relacionado, que no siempre tiene que ver con el dinero. Para alcanzar, éxito, felicidad, amor, salud y estado físico, dinero, crecimiento y desarrollo, paz mental, sueño, y más, tienes que pagar. Y algunas de las formas en que se paga, es con nuestro tiempo, esfuerzo, estrés, trabajo duro, tranquilidad, entre otras.
El punto está en que no importa lo que queramos de la vida, debemos renunciar a algo para conseguirlo. Desear algo es fácil, otra cosa es entender que para lograrlo tienes muchas cosas que hacer y muchas cosas a las que renunciar. Esto esta asociado a la ley del sacrificio.
Veámoslo más claro con algunos ejemplos.
No te sientes conforme con tu cuerpo, quieres tener una buena figura. Vas y te inscribes en un gym. Inscribirse es lo más sencillo, pagas y listo.
Ahora, el siguiente precio, para alcanzar el cuerpo que quieres, implica: disciplinarse para hacer ejercicio todos los días en el gimnasio, tiempo, esfuerzo, sudor, cambio de hábitos alimenticios. Si estás dispuesto a pagar ese precio, con seguridad tendrás el cuerpo que deseas.
Igual pasa cuando persigues un trabajo y lo consigues. Te enfocaste en querer trabajar en una empresa que requiere de personas con alto perfil. Lograrlo no fue gratis, tuviste que prepararte para ello. Adquirir la experiencia que la empresa pedía, desarrollar habilidades tanto duras como blandas, preparar un curriculum impactante y prepararte para dar la mejor impresión el día de la entrevista.
Algunos dirán que tuviste suerte, la realidad es que no fue suerte, ni fue gratis, pusiste tu tiempo y trabajo duro como precio para ganarlo.
Todo esto me recuerda a una chica que conocí hace algunos años, tenía veinticinco años, se había graduado en marketing. A esa edad, aparte de haber culminado una carrera universitaria, ya tenía un negocio propio, (una tienda de ropa de deporte), se había comprado un apartamento y una camioneta nueva.
Sus amigos comentaban que había alcanzado el éxito de la noche a la mañana, pero la realidad es que para lograrlo, trabajo duro y constante durante varios años, sacrificó, la familia, el amor, la diversión, el descanso, pero para ella valió la pena pagar el precio, llego a donde quería llegar.
Del mismo modo, para obtener un título universitario, se requiere dedicar tiempo y esfuerzo en estudiar, asistir a clases, hacer tareas y pagar matrícula. Para tener una buena relación con alguien, se requiere invertir tiempo y energía en la comunicación y el compromiso.
En fin, todo lo que quieres en la vida tiene un precio relacionado con él. Ningún éxito es gratis, cada éxito tiene un precio.
Cómo aplicar esta frase en la vida
Saber que todo en la vida tiene un precio, te da grandes ventajas, puedes aplicar este concepto en tu vida y beneficiarte de él. Cómo lo haces, tomando la decisión correcta.
Si estás consciente que para lograr todo lo quieres, hay que pagar un precio, comienza por preguntarte, ¿estoy dispuesto a pagar el precio? ¿Cuál es el precio que debo pagar? ¿Tendré la paciencia y la perseverancia, para esperar y ver los frutos de mi siembra?
Luego decide si estás dispuesto o no a pagar el precio. Si no estás dispuesto a pagar el precio por lo que quieres, no persigas ese deseo. Pero, si estás lo suficientemente decidido y dispuesto a pagar el precio, ve por él, puedes alcanzar tu objetivo sin importar cuán inalcanzable parezca.
Piensa en tu vida, qué precio has pagado para ser la persona que eres hoy.
Hay personas que inician un emprendimiento, para ser sus propios jefes. Para darse cuenta de que ser su propio jefe implica trabajar más horas, solo cuando se logra el equilibrio de la empresa es que su carga disminuye.
También las personas famosas, como actores, modelos, políticos, entre otros, sacrifican su privacidad, al estar en la cima de sus carreras.
Como hemos visto, la mayor parte del tiempo, el precio causa dolor y sufrimiento, porque por lo general, tienes que renunciar a algo, por otra parte, la recompensa que se logra a través del precio causa alegría, felicidad. Esto hace que a veces las personas evitan los precios y busquen las recompensas.
Pero en la naturaleza todo tiene un equilibrio, por lo que no hay escapatoria, no puede haber engaño, solo conseguirás lo que quieres después que hayas pagado su precio.
Es por eso que, vemos personas que, a pesar de trabajar toda su vida, no alcanzan el éxito, La razón no todo el mundo está dispuesto a pagar el precio.
Cuando conocemos personas que han alcanzado el éxito e indagamos sobre los sacrificios que hicieron, entendemos como lo lograron.
La mayoría de ellos comenzaron de cero, sacrificaron momentos de compartir con su familia, el amor, la diversión, horas sin dormir, viajes y mucho más. Tuvieron paciencia, constancia y perseverancia, aceptaron los fracasos y los asumieron como experiencia, trabajaron por años hasta que lo obtuvieron.
Observa a los grandes deportistas y atletas, ninguno de ellos se levantó un día y ganó el guante de oro, el balón de oro, la medalla olímpica. No, pagaron un alto precio, para tener esa recompensa.
Pasaron años de entrenamiento, levantándose muy temprano, dejando de lado las diversiones, desaprendiendo todo lo que habían aprendido para comenzar a aprender como ser un triunfador.
Igual pasa con nuestra salud, el crecimiento espiritual, desarrollo personal, todos ellos implican sacrificar algo. Si quieres tener buena salud, debes dejar la comida chatarra, que te gusta y comer sano. Si quieres crecer espiritualmente y como persona, debes comenzar a cambiar tus hábitos, dejar tus creencias limitantes, leer libros de crecimientos, estudiar, buscar mentores.
El precio para lograrlo, es esforzarse constantemente, desarrollar la paciencia, ser perseverante, resolver problemas y sufrir todo el dolor que se te presente.
A veces las cosas no salen como las planeaste y en ese momento puede que te preguntes a ti mismo si valió la pena el precio que pagaste.
Reflexiones finales
Todo en la vida tiene un precio. Si trabajas y pagas el precio que cuestan tus deseos, estos se harán realidad.
Sigue el ejemplo de los que lo han logrado, observa como se han preparado, han trabajado duro y durante más tiempo, se asesoraron, estudiaron y planificaron cada detalle.
Estuvieron dispuestos a aceptar y superar los fracasos, y volver a empezar, de ser necesario. Por cada paso pagaron un precio, pero valió la pena, su recompensa fue alcanzar la victoria y hacer realidad sus sueños.
Cuando queremos algo, esto incluye lograr el éxito, alcanzar la felicidad y el amor, la paz mental, salud y estado físico, dinero, sueño, disfrute, crecimiento y mucho más. Debemos estar dispuestos a pagar el precio.